martes, 2 de diciembre de 2014

Nuestro Aparato Digestivo




                                  

El proceso digestivo inicia antes de siquiera tocar la comida. Comienza al oler pan caliente, al ver una paila de fritada o al pensar en una deliciosa copa de helado. La boca empieza a salivar (la boca produce entre 1L y 1,5L de saliva diariamente), preparándose así para recibir el primer bocado. Esos alimentos recorrerán 10 o 12 m en el organismo y lo harán trabajar durante las próximas 20 horas.
Los alimentos son la fuente de combustible del organismo. Los nutrientes en los alimentos brindan a las células la energía y sustancias que necesitan para funcionar. Pero antes de que la comida pueda hacer alguna de estas cosas, tiene que ser digerida en pequeños trozos que el organismo pueda absorber y utilizar.
El sistema digestivo es el conjunto de órganos encargados del proceso de la digestión, Los alimentos transitan por la boca, la faringe, el esófago, el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso, y los residuos son expulsados por el ano. El páncreas, el hígado y la vesícula biliar son órganos por los cuales los alimentos no pasan pero que también hacen parte del sistema digestivo. 


La boca

En la boca, los dientes trituran los alimentos en pequeños fragmentos para que puedan ser tragados. La saliva impregna los alimentos permitiendo la fragmentación de ciertos componentes de los alimentos. Para que los alimentos queden bien impregnados de saliva, hay que masticarlos bien. Además masticar con tiempo los alimentos permite sentirse saciado más rápidamente y así comer menos.

                                                                     

Faringe y esófago


Después de ser tragados, los alimentos transitan por la faringe y esófago. No sufren ningún cambio. La faringe es una cavidad músculo-membranosa situada en el fondo de la boca. El esófago es un largo tubo que comunica la faringe con el estómago.

                                                                  

Estómago

Es un músculo que tiene una capacidad de 2 litros. Las contracciones musculares permiten que los alimentos se fragmenten y se mezclen con los jugos gástricos. Al salir del estómago, los alimentos forman una masa semilíquida que pasa al intestino delgado.

                                                               


A la entrada del estómago, está el hiato que es un orificio. Hay hernia hiatal cuando  a través del hiato, parte del estómago sube hacia el tórax. Los síntomas aparecen cuando el ácido estomacal sube hacia el esófago. Esto se conoce como enfermedad de reflujo gastroesofágico (RGE) y puede provocar quemaduras del esófago que se manifiestan como dolor de pecho o de estómago, eructos frecuentes, “vinagreras”, dificultad para tragar, y en casos más graves sangrado o el inicio de un cáncer.
La gastritis es una enfermedad común del estómago. Es una inflamación de la pared del estómago. Hay varias causas: malos hábitos alimenticios, abuso de medicamentos para el dolor y la inflamación o infección por Helicobacter pylori. Los síntomas más comunes son ardor y dolor, dolor abdominal en la parte superior, indigestión abdominal, pérdida del apetito, náuseas, mareos y vómitos. Es frecuente encontrar síntomas relacionados al reflujo gastroesofágico como la acidez de estómago.

Intestino delgado

Cuando la masa semilíquida llega en el intestino, intervienen la bilis y los jugos pancreáticos que reducen la acidez de los jugos gástricos y desintegran las grandes partículas de grasa que subsisten. Después de esta etapa, los alimentos están descompuestos totalmente y los componentes necesarios para el buen funcionamiento del organismo pasan a la sangre para alimentar las células. Los residuos que no entran a la sangre pasan al intestino grueso.

      

Intestino grueso

En el intestino grueso, el cuerpo absorbe el agua, las sales, vitamina B y K y ciertas grasas. Los residuos forman las heces fecales y son expulsados por el organismo.

                                                                       

El páncreas

Participa en el proceso digestivo produciendo los jugos pancreáticos que son indispensables para la digestión. La inflamación del páncreas se conoce como pancreatitis, que puede ser una enfermedad muy grave porque los jugos pancreáticos empiezan a destruir al mismo páncreas. La causa más frecuente de pancreatitis en las mujeres es la obstrucción del conducto de salida del páncreas por un cálculo que salió de la vesícula, en los hombres la causa más frecuente es el abuso de alcohol.

                                                                     


El páncreas produce y libera en la sangre varias hormonas como la insulina y el glucagón que ayudan a controlar el uso de la glucosa y otras fuentes de energía por el cuerpo. La insulina ayuda a la glucosa a entrar en las células del cuerpo, el glucagón ayuda a aumentar los niveles de glucosa en la sangre. En las personas con diabetes, el cuerpo no produce suficiente insulina, o no usa adecuadamente la que produce. Por consiguiente, en las personas diabéticas, la glucosa se acumula en la sangre porque no entra a las células dejando así los tejidos y órganos sin energía.

El hígado

Es uno de los órganos más voluminosos y es el gran laboratorio de nuestro cuerpo. Participa en el proceso digestivo produciendo la bilis que ayuda a la digestión y absorción de las grasas por el organismo, asimilando las proteínas, almacenando vitaminas y formas de glucosa, purificando la sangre de sustancias nocivas y fabricando substancias que ayudan a la coagulación de la sangre.

                                                                         


El hígado tiene una gran capacidad de regeneración frente a agresiones externas. Sin embargo uno de sus adversarios más fuertes y más comunes es el alcohol. Su consumo excesivo y repetido puede producir cirrosis. Esta enfermedad afecta la estructura normal del hígado y frena progresivamente el desempeño de sus funciones. También muchos de los medicamentos se procesan en el hígado y en algunos casos también pueden dañarlo.

La vesícula biliar

Acumula la bilis producida por el hígado y la libera en el intestino delgado.

La vesícula biliar es conocida por los problemas que puede ocasionar: siendo el más común los cálculos  biliares (piedras) que obstruyen la vía biliar y generan inflamación y dolor. La inflamación de la vesícula biliar se le llama colecistitis. Cuando los cálculos producen molestias frecuentes como cólicos o existe el riesgo de que cálculos pequeños obstruyan completamente la salida de la bilis se recurre a una cirugía llamada colecistectomía que consiste en extraer la vesícula biliar. Si una persona tiene cálculos y no tiene ninguna molestia, la cirugía no es necesaria.

       











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